Para los
pescados blancos suaves y delicados como el lenguado, la lubina o la merluza, los vinos blancos secos y frescos van muy bien.
Para los
pescados grasos como el salmón, el atún o el bacalao, que tienen un sabor más pronunciado requieren de un vino blanco más sustancial. Un vino blanco con crianza en barrica o un vino tinto ligero.
Para los
mariscos como las ostras, las vieiras o los mejillones, los vinos blancos secos y ácidos son los ideales.
Por ejemplo podríamos tener:
- Albariño: Es un vino blanco que se produce principalmente en Galicia. Es conocido por su acidez y frescura, lo que lo hace perfecto para maridar con mariscos, especialmente con mejillones, ostras y pulpo.
- Rueda: Este vino blanco se produce en la región de Castilla y León. Es conocido por su sabor frutal y su aroma a hierbas. Se combina muy bien con pescados blancos como la lubina, el mero y la dorada.
- Txakoli: Este vino blanco se produce en el País Vasco y en Navarra. Es conocido por su acidez y su sabor fresco y afrutado. Se combina muy bien con pescados y mariscos, especialmente con anchoas, bacalao y merluza.
- Verdejo: Este vino blanco se produce principalmente en la región de Rueda. Es conocido por su sabor afrutado y su acidez equilibrada. Se combina muy bien con pescados blancos como la lubina y el bacalao.
- Rioja blanco: Este vino blanco se produce en la región de La Rioja. Es conocido por su sabor suave y su acidez equilibrada. Se combina muy bien con pescados blancos y mariscos.